22 de febrero de 2012

La cabra


La cabra suelta en el huerto
andaba comiendo albahaca.

Toronjil comió después
y después tallos de malva.

Era blanca como un queso,
como la luna era blanca.

Cansada de comer hierbas,
se puso a comer retamas.

Nadie la vio sino Dios.
Mi corazón la miraba.

Ella seguía comiendo
flores y ramas de salvia.

Se puso a balar después,
bajo la clara mañana.

Su balido era en el aire
un agua que no mojaba.

Se fue por el campo fresco,
camino de la montaña.

Se perfumaba de malvas
el viento, cuando balaba.

Oscar Castro

3 de febrero de 2012

Madre

Tu mirada de amor
descubre lo que otros no quieren ver.
Tu nobleza
te hace apreciar lo que los demás desprecian.
Tu amor desinteresado
te hace defender a los pequeños
que otros atacan o menosprecian.
Tu presencia
despierta confianza, amor a la vida
y esperanza en un futuro mejor.