16 de mayo de 2011

Un día por otro

Viendo sus barbas ya muy crecidas, Tirso de la Avellaneda decidió dedicar una visita al barbero. Debido a su extrema sencillez en el vestir, el dueño de la barbería lo catalogó de inmediato de pobre infeliz por lo cual consideró que no era necesario dedicar mucho tiempo a su afeitado. Así que le encargó al aprendiz que se ocupase de aquel cliente, que demostraba claramente con su aspecto su baja categoría, y que terminase el servicio tan pronto como le fuera posible.
Obedeciendo el aprendiz las indicaciones de su amo, señaló a Tirso de la Avellaneda un asiento, pasó por su barba unos escasos brochazos con jabón de afeitar seguidos de unas cuantas pasadas de navaja, tal vez igual de escasas.
___Listo, señor!___le dijo el aprendiz, limpiando la navaja.
Tirso de la Avellaneda preguntó el precio del servicio y al saberlo pagó el doble, algo que sorprendió mucho tanto al barbero como a su aprendiz. Jamás habrían imaginado esta reacción de aquel cliente tan sencillo...

Al cabo de unos días, Tirso de la Avellaneda volvió a la barbería para requerir los servicios del barbero. En esta ocasión el dueño le ofreció inmediatamente uno de los mejores asientos y le atendió personalmente. Remojó y enjabonó su barba, pasó la brocha las veces necesarias para acondicionar el vello, y después de pasar repetidas veces la navaja por el afilador, le afeitó lo mejor posible, ni un ligero corte, y a la vez, esmerándose en no dejar un solo pelo sin afeitar. Al terminar, unas cuantas fricciones con una buena loción finamente perfumada.

Tirso de la Avellaneda dejó que el barbero terminara su trabajo silenciosamente. Cuando el servicio terminó, preguntó su precio y pagó su importe exacto, sin añadir ni una moneda más.

El barbero no dejó de manifestarle su sorpresa:
___¿Cómo es posible?___ Cuando os atendí de cualquier manera, os mostrásteis muy generoso, en cambio hoy que os he atendido con el mejor de los servicios, sois avaro.
___Hoy os he pagado el anterior servicio, y en aquella ocasión os pagué vuestras atenciones de hoy___respondió Tirso de la Avellaneda.


Adaptación de Albert Jané
Traducido del catalán por Gloriana

4 comentarios:

  1. ¡Qué bueno, Gloriana! Este tal Tirso podría ser un pobretón, pero lo que sí estaba era bien provisto de ingenio.

    Me gustó, gracias por compartirlo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Orientarse por el aspecto de una persona no siempre da buen resultado...
    Besos, Gloria!

    ResponderEliminar
  3. las apariencias engañan!!!! y fiarse de ellas te da sorpresas muy grandes!!!! a modo de anecdota...os contaré que una vez estando yo en un bar había un grupo de chicos, unos 10 o así de cañas, tapas....y tenían unas pintas!!!! ufff, parecían okupas...o peor aún....indigentes!!!!pero no se medían a la hora de consumir...seguían y seguían pidiendo cosas...el camarero ya mosqueado les dijo que llevaban ya consumidos al rededor de 500€ o más...y uno, el que peor pinta tenía sacó la cartera de su bolsillo, medio rota y mugrosa...y cuando la abrió tenía todo tipo de tarjetas de crédito oro y platino, sacó una de ellas y le dijo al camarero, cobrate de aquí todo lo que llevamos hasta ahora...y despues pones otra ronda....

    ResponderEliminar
  4. Algunos atracadores de bancos llevan traje y corbata...las apariencias tampoco son fiables actualmente...

    ResponderEliminar