28 de marzo de 2020

Una puerta y unas ventanas...


Abiertas al camino. Pequeñas. Estampando de misteriosa intimidad la pared blanca del rancho fugitivo…
Hay un mundo más allá de esos rectángulos oscuros. Un mundo de amor. Un mundo de ternura. Un mundo que tratas de imaginar, ahora que ese hogar del camino se ha perdido en la distancia…
¿Quién habitará la casa? ¿Quién descansará a la sombra de sus árboles?…¿Quién mira crecer las flores modestas del pequeño jardín escondido?…
Hubieras querido detenerte para saberlo. Imaginas un hombre fuerte. Imaginas una mujer dulce. Imaginas niños traviesos de ojos y cabellos oscuros…
Hay algo especial, en ese rancho entrevisto en el camino. El blanco cuidado de sus muros. El alumbrado de su cerco. Algo que dice de trabajo, de esperanza, de amor…
Algún día volverás por esta senda. Y entonces, tal vez, conozcas la gente que lo habita…Si no…seguirás imaginando…Y te quedará el recuerdo vivo de ese mundo entrevisto a través de una puerta y unas ventanas…Un mundo de amor y de ternura...

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