7 de mayo de 2020

Las estrellas de mar

Cierto día, caminando por la playa reparé en un hombre que se agachaba a cada momento, recogía algo de la arena y lo lanzaba al mar. Hacía lo mismo una y otra vez.
Tan pronto como me aproximé me di cuenta de que lo que el hombre agarraba eran estrellas de mar que las olas depositaban en la arena, y una a una las arrojaba de nuevo al mar.
Intrigado, lo interrogué sobre lo que estaba haciendo, a lo cual me respondió:
-Estoy lanzando estas estrellas marinas nuevamente al océano. Como ves, la marea es baja y estas estrellas han quedado en la orilla, si no las arrojo al mar, morirán aquí por falta de oxígeno.
-Entiendo, le dije, pero debe haber miles de estrellas de mar sobre la playa. No puedes lanzarlas a todas. Son demasiadas. Y quizás no te des cuenta de que esto sucede probablemente en cientos de playas a lo largo de la costa ¿no estás haciendo algo que no tiene sentido?
El nativo sonrió, se inclinó y tomó una estrella marina y mientras la lanzaba de vuelta al mar me respondió:
-¡Para ésta sí la tuvo!

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