9 de noviembre de 2020

La rana del pozo

Érase una vez una rana que había vivido siempre en un húmedo y oscuro pozo en el que estaba destinada a acabar sus días. Una mañana pasó otra rana que tenía su hogar en una charca muy cerca del mar. Estaba tan distraída mirando el paisaje que tropezó cayendo en el pozo.
"¿De dónde vienes?", le preguntó el anfibio dueño del pozo.
"Vengo del mar", respondió su congénere, sorprendida de que hubiese alguien viviendo en un lugar tan siniestro. "Y es grande el mar?", continuó la rana del pozo. "¿Grande? No, más que eso, enorme. No puedo imaginar nada más extenso que el mar que veo cada mañana cuando me levanto", continuó, intentando limpiarse el barro que había salpicado todo su cuerpo al caer.
La rana del pozo se quedó reflexionando un buen rato y volvió a preguntarle a la intrusa si ese mar del que hablaba era más grande que su hogar."¿Cómo puedes comparar este estrecho pozo con él? Te repito que el mar es descomunal. ¡Ni te lo puedes imaginar!", replicó la recién llegada. Y la rana del pozo, muy enfadada, le gritó: "!Mentirosa, vete de aquí, no puede haber nada más grande que mi pozo!". Esta fábula nos enseña que hay que ser humilde ante lo desconocido y no presumir de lo que tenemos si no hemos visto otras cosas en nuestra vida.

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