9 de marzo de 2012

Cuando calculas...

Cuando calculas los beneficios de tu generosidad,
cuando recueces el corazón en venganza,
cuando maldices todo lo que te rodea,
no busques allí el rostro de Dios.

Cuando pisas al que está por debajo,
cuando te ríes del que no tiene nada que ofrecer,
cuando destierras de tu vida la sonrisa,
mejor que no pronuncies el nombre de Dios.

Cuando haces bromas con los defectos ajenos,
cuando justificas tu comodidad y egoísmo,
cuando quieres reducir a Dios a un teorema,
no ensucies el nombre de Dios.

Dios es amor y Dios se hace amor.
Dios ama y perdona, sonríe y es gratis,
busca y abraza, bendice y acoge.

Dios lo hace todo nuevo,
el cielo y la tierra,
los días y las horas,
también el corazón.

Dios no puede ser un jeroglífico:
un buen amigo siempre es fácil de entender.

2 comentarios:

  1. Los que más lo maldicen son aquellos que dicen no creer en Dios... ¿cómo vas a maldecir o insultar a alguien que no existe?

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  2. Lo he pensado muchas veces...
    Saludos, Manulondra!

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